Cuando comencé a hacer los videos para youtube no tenía bien claro que era
exactamente lo que iba a mostrar. Al comienzo fue una mezcla de trabajo
preparado con anticipación y mezcla de improvisación y cosas que nos pasan a
diario. Luego encontré en el camino que las cosas no son tan fáciles de hacer y
peor si el desafío es hacer un video por día. Lo más importante, pensé, no es
solo hacer un video por día, sino hacer algo que tenga contenido. No solo un
montón de imágenes puestas una tras otra.
Luego de entender que es lo que pasa cuando uno se desafía a hacer este
tipo de trabajo, la interpretación de lo que queremos hacer se vuelve más
clara. Encontramos que no es el fin hacer un video por día, sino que es el
medio para llevarte a alcanzar un producto más elevado. La producción
audiovisual tiene sus procesos. La creatividad es parte fundamental de todos
esos flujos. La concentración, la inspiración, la cultura, lo aprendido en el
camino, la investigación y sobre todo el tiempo para juntar todo eso en un clip
de video. Hay tramas, correcciones, accidentes, guiones, expresiones, dilataciones
y sobre todo, inspiración.
La inspiración es lo que mueve a la creatividad. La creatividad fluye con
la meta de la inspiración. La presión se genera ahí, donde la inspiración
define que es el punto de partida para recoger todo lo filmado y editado y
convertirlo en algo que sirva a los demás. Pero que es lo que sirve a los
demás. Tendremos la suficiente capacidad de entender que es lo que quieren los
demás cuando el factor inspiración está en juego. Ahí entra la ciencia y
comienza a dar tips de como corregir esos errores sentimentales y que son mera
incredulidad subjetiva. La subjetividad así como la inspiración son dos
hermanas que van de la mano. La subjetividad tiene muchos picos emocionales y
la razón entra caminando con ellas de la mano con la ciencia. La ciencia
comienza a rectificar el camino que la inspiración por brotes metódicos de
pensamiento comienza a tirar hacia el cielo ideas. La razón las recoge. La
ciencia las ordena. La subjetividad se tranquiliza y comienza el verdadero
trabajo. La de darle nombre al producto.
Todos esos procesos, llamados creativos son los que al final infunden
confianza al creador para continuar.
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