lunes, 25 de febrero de 2019

De los premios #OSCAR´s hasta la ayuda HUMANITARIA en #Venezuela


De los premios #OSCAR´s hasta la ayuda HUMANITARIA en #Venezuela

Yo creo que la mejor actuación hasta ahora ha sido la de: la realidad.

Por un lado, los premios OSCARS que congratulan a los mejores artistas de la meca cinematográfica de Hollywood y del mundo, han logrado como siempre lo hacen, llamar la atención de una porción de la población mundial.

Por otro lado, la puesta en escena de dos poderes políticos reflejados en la izquierda y la derecha nunca antes ha sido tan marcada como hoy. El Aid Live realizada en la frontera de Colombia y Venezuela basta, para entender que esas tormentas ideológicas han pasado a  ser una retórica del viejo siglo y que lo que hoy prima solo son intereses económicos de grupos pequeños de gentes emborrachadas de poder: lo digo por Maduro y sus secuaces, lo digo por sus militares y acólitos referidos que lo siguen, sin nombrar por respeto, a los presidentes que lo apoyan a nombre de sus gobiernos y no de su gente.

Parece un poco complicado entender por qué pasan estas cosas: envían ayuda humanitaria para gente que se está muriendo por no tener suficiente medicina o primeros auxilios y los que van a recibir la ayuda, terciarizadas a la fuerza por militares, niegan ese cargamento, incendiándolo.

Pareciera que la razón ha perdido todo sentido histórico.

En pleno siglo 21, donde las sociedades han progresado al punto de  ser más eficientes y eficaces en tiempo y espacio, se dan todavía estas ritualidades que arrancan a la lógica de sus sentidos.

Tal vez tenga que ver unos cuantos millones de dólares en juego, el posicionamiento político de la región se amaine de izquierdistas revolucionados por el capitalismo seudo socialista, y no quieran dejar la corrupción ejercida como parte del plan de gobierno, que hayan entrado en un enloquecimiento tribal y desnuden lo peor del ser humano, tal vez haya pasado que nos hemos perdido alguna información en el camino y no hemos encontrado los motivos de por qué después de 20 años de gobiernos chavistas y Madurista, la gente haya colapsado de su sueño y despertado en sus pesadillas, tomando decisiones de fuga  y abandonando su patria, derramándose por toda Latinoamérica.

Se hilan fino los mensajes: Cuarón trata de lograr recrear en su memoria lo clasista que era la sociedad mexicana en su barrio. Logra exponer con gran virtud cinematográfica, una herencia de las sociedades de todos los tiempos. Hábilmente resalta la función de una mujer resignada a su suerte, que daba vuelta por su mente, limpiando las esquinas de sus posturas mentales, arreglando los bordes de su camisa de seda, 30 años después de que sus recuerdos se acordonaron en el cuadro de su cámara, para masticar la posición clasista de sus progenitores, y ni ahí logró restarle la realidad de que el observador, miraba impávido algo tan resuelto como normal y lo único que llamó la atención fueron sus sutilezas como: el blanco y negro, los silencios mudos de las escenas; los aviones pasando por los cielos mientras a ella le pasaba la vida explotada en una cocina armada con una escoba. Teatro montado el de Hollywood para aprovechar temáticas clasistas como la Green  Book, que también dibuja la figura de la humanidad en “cintas” que hurgan en la herida de las sociedades modernas.

De eso se trata, cuando leemos las realidades de nuestros contenidos emitidos en cajas de resonancias cada vez más diversas: vemos al pajarito chiquitico sobrevolando las montañas de información, creando una guerra mediática diferente a las de los noventas, como cuando otro bigotón como maduro era derrocado en Bagdad, Irak. Sabemos que los cohetes apuntan a una inmediata resolución bélica y así como Hollywood prestas sus estudios y escenarios para grabar las películas más épicas; hoy  Venezuela se está armando un escenario para emitir en vivo: desde Periscope o Facebook live, la batalla que puede dar inicio al militarismo mediático de la observación. Preparados están los centenial o los millenials, que observan partidas de streamers en Fornite.

Lejos de la realidad, cerca de la verdad. Ambigua resolución de los conflictos. Llamada épica a la aventura. Aliados  y enemigos. Las cavernas ya están listas y el elixir preparado para entregarle al héroe, que iniciará su viaje, para después aparecer en 4k en salas de cines autorizadas por el público que recreará lo que vio en vivo, desde la palma de su mano.

viernes, 22 de febrero de 2019

De Roma a Bird Box




Si lo que buscas es una opinión centrada en un análisis pormenorizado de estas dos piezas audiovisuales, déjame decirte que no estás en el lugar correcto. Porque pienso que esto lo debes hacer desde la primera persona.

Lo que sí puedo hacer es, comentarte cuáles han sido los hits que golpearon  mi visión sobre estas dos películas.

La primera observación que tengo que hacer es la siguiente: La tremenda acción publicitaria que cayó sobre ellas, tanto en Netflix como el “boca en boca”. La segunda es la trayectoria de los que son protagonistas en ambas películas, siendo o no actores de la mismas. Ese viaje recorrido por Alfonso Cuarón y Sandra Bullock dan el espacio suficiente como para que nos tomemos el tiempo de comentar dos expresiones del cine de nuestro tiempo.

Como les comenté, no puedo caer en detalles minuciosos sobre el Arte de las películas pero sí sobre las expresiones que me llamaron mucho la atención negativa y positivamente:

En el caso de Bird Box, que es bueno que lo aclare, no pude terminar de ver. El principio, por ser ficción, logró atraparme, con la sospecha de que el llamado a la aventura iba a ser interesante, pero a mitad de camino, luego de observar fallas garrafales en guión y actuación, decidí por terminar mi experiencia con las vendas puestas.

En primer lugar, el concepto de un suicidio masivo, me parece muy agresivo, aunque sea ficción. El rol de los personajes secundarios: los aliados sobre todo, no tenían consistencia y solo la presencia de “Malkovich Malkovich”, lograba salvar la mala resistencia actoral de las escenas.

En segundo lugar, ¿Qué  necesidad había de complementar las escenas de apocalipsis con escenas de sexo mal introducidas, en un contexto donde la sensación del que mira es de tensión permanente, la eyaculación precoz de una escena forzada frustra al que supuestamente se va a emocionar con la peli. Es un error tremendo creer que el cachondeo se va a  alinear con el momento que atrapa, como es el apocalipsis. Es decir, todos quieren saber cómo es o va a ser el fin del mundo; pero el  sexo apurado de uno de los personajes o dos, no tiene relevancia, porque ni siquiera está en un contexto de climax. No acompaña.
Y en tercer lugar, la presencia de las marcas auspiciadoras pisando cadáveres de los que se auto eliminaron por una visión sin forma, daba terribles sensaciones de experiencia al nivel emocional.  De todas formas. Esta cajita de pájaros a mi parecer, no tienen lo suficiente como para detener a un espectador en su butaca, más tiempo del necesario.

Sin embargo, al otro lado de la calle, Alfonso Cuarón, hace una espectacular presentación de sus memorias mostrándonos su infancia y el rol de su nana en la historia. Con el Arte a flor de piel, esta “cinta”, remueve lo más íntimo de la audiencia, que es la relación con esas personas que rondan en las vidas de otras personas como sirvientes. Personajes que desandan lugares donde andamos sinuosos y ellos apresurados para cumplir una acción esencial en la vida de todos: mantener la casa en orden.

La ilusión del blanco y negro; el objeto y el sujeto; las relaciones sobreexpuestas en transiciones. La cámara como testigo evidente de acciones que brotan de una memoria repreguntada una y otra vez. La historia fluye, aunque pareciera que no sucede nada.

La conexión que logra el artista, Alfonso Cuarón, son definitivamente inexplicables. Cuando el espectador se siente conectado con una escena al que fue llevado con calma y precisión. Desde la música imperceptible, hasta la utilización de verdaderas bandas sonoras actuando en plano secuencia. Una demostración de la utilización de lo simple y sencillo, contrasta con lo moderno de la utilización de la narración de la historia: ese secretismo austero de voces que susurran solo se pudo haber logrado con silencios absolutos. Los aviones que pasaban en los planos detenidos que arrastraban la escena a un movimiento imperceptible.

Lo imposible logrado como algo posible, volver a la memoria y recrearla con tanto detalle. Obviamente que estábamos en la mente de su creador, en su plano subjetivo, en sus emociones e investigaciones recurrentes.

El arte de la mano de Cuarón es una cita ciegas que vale la pena acudir.