martes, 23 de mayo de 2017

FAST FOOD Y NEGOCIOS GRANDES

Las Papas fritas de Gino y otras pequeñeces que nos ayudan a crecer


Hay muchas cosas que se relacionan en nuestro diario vivir. Esas cosas que pasan a nuestro alrededor sin ni siquiera percibirlas, son las que al final de cuenta mueven nuestro pequeño mundo y transforman el de los demás.

Hace un par de semanas hablaba con mi amigo Gino que es propietario de un negocio Fast Food, vende Sandwiches de Lomitos desde hace más de 15 años y, su negocio ha ido creciendo poco a poco, pero más aún desde que - hace un año -  le pidieron el desalojo de un pequeño espacio  donde estuvo más de 10 años. Aparentemente el lugar era el mejor, ya que los clientes sabían que lo iban a encontrar “siempre” ahí y, el número de pedidos de su producto era relativamente el mismo y, le arrojaba una renta para cubrir todos sus gastos. Pero, no había crecimiento. Luego de que el dueño del inmueble le pidiera desalojo, las preocupaciones de Gino acrecentaron y, comenzaron a estresarse por la situación. Dónde podían irse si su clientela solo conocía ese pequeño espacio donde lo encontraban “siempre”. La primera reacción que tuvo fue la de poner el puesto callejero, tal como lo hacen muchos en la ciudad. Adaptó una combi 1970 con los colores de su negocio y metió una plancha para hacer sus deliciosos lomitos. El cambio fue radical. De estar cómodo en su espacio a salir a la calle a vender. Perdió un poco la característica del negocio ya que la atención siempre fue personalizada, además que ofrecía un momento de entretenimiento por la protección que daba el lugar: techo, televisor, baño, etc. Pero eso no detuvo a Gino y comenzó a generar otro trato con el cliente. Más atento y perseverante en la producción del alimento.

Después de esa experiencia, lo que generó Gino en 1 año, fue más de lo que logró en 10 sentado en el mismo lugar. Aumentó su producción de Lomitos y logró encontrar otra ubicación para poner su pequeño negocio con los muebles del anterior lugar. No hubo tiempo para pensar mucho así que se valió de su intuición. Lo sé porque estuve siguiendo de cerca ese proceso. Entre otros de los logros además de continuar vendiendo en la misma zona donde sus clientes lo frecuentan, es que añadió a sus puestos de ventas dos unidades móviles tanto para colocarlos en otro lugar estratégico de la ciudad como para prestar el servicio de eventos como los cumpleaños. Y también, logró ingresar a vender a una de las Ferias de exposición más grande del país, Fexpocruz, donde, a pesar de sus miedos y dudas, Gino logró posicionar su producto en un ambiente bien competitivo. Es ahí donde encontró una vez más un nuevo desafío, tan pequeño e insignificante dirán muchos, pero importante a la vez. Entre la competencia por vender y lograr cubrir las necesidades de esos hambrientos clientes que van a una feria, se encontraron con la obligación de incluir entre sus productos, las papas fritas. Todos tenían menos él. En un área donde había 4 empresas más vendiendo todo tipo de comida al paso, Fast Food, ellos eran los únicos que no ofrecían las deliciosas papitas, hecho que provocaba que no vendieran, o que los clientes tomaran la opción del vecino del lado. Al siguiente día de la feria, ofreció lo mismo que todos y logró activar de nuevo sus ventas. Un pequeño detalle lo había dejado atrás, pero la acción inmediata la pudo subsanar. Igual que hace un año atrás cuando le pedían que desaloje el lugar donde él creía que era el lugar perfecto.

Gino tiene más de 50 años, su hijo 20, tiene 2 nietos nacidos el mismo año que él parió nuevos puestos de ventas. Su padre murió poco antes de su cumpleaños y celebró casi mudo preparando los Lomitos de Pollo y Res. Sabe que no puede parar, que tal vez de nuevo le pidan que desaloje y que se vaya a otro lugar, o se encuentre en la situación de que las papas ya no son el detonante de las ventas y cambie para adaptarse. Ese callito creado en su espíritu de emprendedor, es lo que lo perfila como un tipo que mueve la economía, no solo de su familia, sino de toda una comunidad, ciudad, país…





domingo, 21 de mayo de 2017

MOVE FAST AND BREAK THINGS BY JONATHAN TAPLIN

Google. Amazon. Facebook. The modern world is defined by vast digital monopolies turning ever-larger profits. Those of us who consume the content that feeds them are farmed for the purposes of being sold ever more products and advertising. Those that create the content - the artists, writers and musicians - are finding they can no longer survive in this unforgiving economic landscape. But it didn't have to be this way. In Move Fast and Break Things, Jonathan Taplin offers a succinct and powerful history of how online life began to be shaped around the values of the entrepreneurs like Peter Thiel and Larry Page who founded these all-powerful companies. Their unprecedented growth came at the heavy cost of tolerating piracy of books, music and film, while at the same time promoting opaque business practices and subordinating the privacy of individual users to create the surveillance marketing monoculture in which we now live. It is the story of a massive reallocation of revenue in which $50 billion a year has moved from the creators and owners of content to the monopoly platforms. With this reallocation of money comes a shift in power. Google, Facebook and Amazon now enjoy political power on par with Big Oil and Big Pharma, which in part explains how such a tremendous shift in revenues from creators to platforms could have been achieved and why it has gone unchallenged for so long. And if you think that's got nothing to do with you, their next move is to come after your jobs. Move Fast and Break Things is a call to arms, to say that is enough is enough and to demand that we do everything in our power to create a different future.