Algo de Kubrick, algo de Rock,
algo de tradición, de cholets, la Paz, El alto y caníbal-ismo- fatal.
El video comienza con un hombre –
Ingles – llegando a un Cholets, con un traje celeste pintado de azul, con
shorts, zapatos y un diente de oro. Toca la puerta y nadie le abre, entra
confiado y sube las gradas. Adentro lo reciben
cuatro mujeres y cuatro hombres. Lo sientan en la cabecera de la mesa.
Lo adulan, lo tocan, lo hacen sentirse especial. Hasta que un rato impensado,
llega el cocinero, ensangrentado y con dos cuchillos, del tamaño de su asombro,
lo ahogan con una bolsa de plástico y se sirven en la mesa. Su cabeza aparece
en el centro en un plato, con adornos de verduras y con vino blanco y tinto.
Canta Gepe, con un charango en la mano:
Si tu mujer tiene hambre
Dale, dale, dale de comer
Si tu hombre tiene hambre
Dale, dale, dale de comer.
Todos agradecen por la cena, cerrando los ojos,
agarrados de la mano. El techo del Cholets, pintado de colores, con espejos y lámparas
de vidrios, se sacian el hambre: una rubia, dos morenas, una vieja con su
viejo, un joven vestido de negro y dos hombres vestidos de pieles y capas de
cueros, como si fueran reyes.
Se sacian la cabeza, hasta que llega Wendy Sulca,
cantando como una deidad incaica, con un sombrero de tinku, levitando hacia la
mesa. Todos gimen, todos lloran, imploran no ser ellos, la cena de la siguiente
noche. Y Gepe sigue cantando, con su charango en la zurda:
Si todos tenemos hambre
Alguien, alguien, alguien tiene que ser
El que nos quite el hambre
Pero no veo por qué no puedes saciarnos bien.
Un artista callejero, toca la puerta, con un
cuchillo entre los dientes, entra con ojos delincuentes.
Otro trabajo de Ian Pons, muestra una parte de la
cultura boliviana, reflejados en los famosos cholets, que en los últimos años de Jauja,
han empezado a cobrar notoriedad, no solo en El Alto, sino en el mundo entero.
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