jueves, 22 de septiembre de 2016

SANTA CRUZ TE QUIERO EDUCADA



Vivir en Santa Cruz, a veces es como vivir en un caos permanente. Nos llegó de golpe la revolución de la maquinaria comercial, inversiones abismales, mucho emprendimiento. Todo eso se ha volcado a las calles.  A lo complicado que puede ser moverse por la ciudad.

El ciudadano cruceño se ha vuelto permisivo, deja que lo aparten de su tranquilidad y que conviertan a su ciudad, en nombre del progreso, en un griterío de ofertas permanente. Se hacen Ordenanzas Municipales, leyes para educar con normas y coacciones al vecino, sin embargo, la eficiencia de las campañas de comunicación quedan en buenas intenciones.

El ser corrupto, es lo que vale. Todos pueden hacer lo que les de la gana. Toman como parámetros lo que ven como sociedad y lo replican, desde el nivel más bajo en las empresas públicas o privadas, hasta los niveles más alto. La jerarquía no importa pareciera, la corrupción llega hasta niveles insospechados. Y no necesariamente es corrupto quien paga una coima o quien la exige. También es corrupto el que ve y no hace nada para cambiar eso. O el que ve y, teniendo la autoridad es permisivo.

La crisis económica que se avecina, nos traerá mayores complicaciones. Si en Jauja en los tiempos de vacas gordas, la corrupción se campeó como le dio la gana, peor ahora que el cinturón va a apretar en todos los sectores sociales.

El post de este blog no estaba pensado precisamente para tocar estos temas, ya que la idea es retratar una cotidianidad desde el blog. Pero es sin duda, un elemento que nos hace ser lo que somos. Es el mes de Santa Cruz y, por lo que se ve, las cosas marchan por loseta. Es decir, todo mal. Las calles son un caos, por más que tráfico y transporte trate de ordenar la ciudad, dejando de lado los giros a la izquierda. O cerrando calles para que circulen con mayor fluidez el tráfico, hay algo que es muy esencial a la hora de aplicar todas estas acciones.  Y es muy sencillo darse cuenta. El elemento esencial para que funcione todo cambio hacia un mejoramiento de convivencia urbana, es la educación. De nada nos sirve tener mejoras en infraestructura o de crear sistemas de ordenamiento vehicular.

El ser humano siempre se lo deja de último, en esta cadena de avanzar como ciudad del mundo. Ciudad universitaria, ciudad del corredor bioceánico, ciudad verde, etc. Todos los cambios se pueden hacer, pero si no se piensa en el vecino como ser que necesita también ser educado para vivir en una ciudad densa, que poco a poco se convertirá en una unión de ciudades intermedias. Que los brazos de la ciudad, convertidas en radiales, se agotarán para convertirse en avenidas de alto tráfico.

Hasta que no hagamos esos cambios, vamos a ser una ciudad apabullada, hecha gata parida, agotada en sus recursos, y cara por los cambios de urbanización mal hechos.

¿Cuánto nos va a costar ser cruceños? ¿Cuánto vamos a tener que pagar para vivir en esta ciudad? Es una pregunta que nos tenemos que hacer. No podemos legitimar una gestión  que solo busca el rédito político, haciendo obras a pocos meses de las elecciones, ni se debe dejar la burocratización de las funciones del gobierno municipal, que es el más cercano, a busca pegas que solo atornillan sus posaderas a una silla de funcionario público.

Es difícil, sentirse orgulloso de una ciudad, donde solo vemos cemento y ciudadanos que no respetan las normas básicas de convivencia. Añoran la Santa Cruz de antaño, se llenan la boca de alabanzas al modelo cruceño, pero se olvidan que ese al que llaman cruceño, es un hombre o mujer que necesita que piensen en él, como ser principal de cualquier plan en nuestra ciudad.

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