Cómo crear una historia de la
nada. Cómo llevar por un camino que no se tiene definido a una audiencia que
espera ser transportada mediante imágenes y audio a otro mundo – realismo mágico-.
En 1982, Gabriel García Márquez ganaba el premio nobel de Literatura por haber transportado a sus lectores a un
mundo que él solo conocía y que de cierta manera salió de su cabeza. Su
creatividad fue en aumento desde el día que comenzó a escribirla. Según dicen
los artículos de prensa y biografías de el Gabo. Ese viaje que realizamos como
creadores de contenidos lo puede hacer cualquiera que determinando a fuerza de
voluntad, sentarse a escribir y delinear a los actores de la trama, es un
proceso difícil de sostener pero
reconfortante cuando se llega a formar todo el cuadro con todas las piezas.
En los procesos creativos,
tomando en cuenta algunos Vlogger, como es el caso de Casey Neistat, el dice
que lo principal es la historia. Que no importa cuántos aparatos tecnológicos
tengas a mano a la hora de producir un video, si no tienes la historia, no
puedes crear mucho, o de hecho, nada. La tecnología es una herramienta que
sirve para contar la historia pero no es la historia en sí.
En mi caso, los procesos
creativos se van dando en función de la inspiración, los estados de ánimos y
otras variables que pasan por los recursos técnicos, tiempo de producción,
distribución del tiempo destinado para la parte creativa. Pero, la inspiración
es una pieza importante en el engranaje creativo. Si no tengo en que
inspirarme, no avanzo en la creación de contenidos: videos o textos. Eso yo le
llamo arte. Porque siempre el arte es una conquista diaria.
He escuchado de boca de artistas
con una gran trayectoria que prefieren perder mucha plata a vender su arte. El
Arte es esencial para el artista, si no lo tiene, deja de serlo. No se puede
ser artista sin arte. Es por eso, que la ambigüedad se mezcle en este tema. Y
haya mucha gente que no se identifique con sus obras, o haya relegado su arte
por miedo a que los demás no lo entiendan. Saber entender estos procesos es
saber enfrentarlos. Si no se arriesgan a caer en el error, o el menosprecio, difícilmente
un artista llegue a conocer su obra. Por otra parte, los que consumen el arte,
no reconocen un artista hasta que ven sus obras. El artista pasa a segundo
plano cuando la obra es más grande que él. Pero, en ese momento, cuando la obra
deja de ser de él, y pierde todo el poder sobre su obra, tiene que comenzar de
nuevo, a dibujar o crear un nuevo mundo. Para el arte.
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