El problema de escribir un artículo sobre datos es que necesitas tener
datos. Lo bueno es que los datos se generan permanentemente y si no hay alguien
que los evalúa o los pone en contexto, no sirven para nada.
La gran batalla por el big data. Las grandes cantidades de datos que se
almacenan permanentemente son para análisis de grandes corporaciones hoy
llamadas Google, Facebook o YouTube, para nombrar a las más conocidas. Pero,
nosotros, los ciudadanos de a pie, como les gusta llamar a algunos periodistas
de papel prensa, son también generadores de datos que tal vez no son analizados
por que se pierde en la cantidad de datos o llegan a no servir porque se
mimetizan entre los bultos de datos.
Por ejemplo, una persona común llega a comerse 2 panes por día que en
cien días son 200, tira 20 litros de agua en bañarse y si lo hace todos los
días son 7300 litros que se tira al cuerpo y que si tomase 2 litros de agua por
día son 730 que van adentro de su cuerpo. Eso no es nada si tomamos en cuenta
que un papel higiénico de 50 metros dure tan solo una semana. Eso quiere decir
que en 52 semanas que tiene un año se han ido al tacho de basura 2600 metros de
papel higiénico y que si tomamos en cuenta que todos los vecinos de este barrio
de 480 casas ocupan el mismo promedio de papel higiénico es nada más ni nada
menos que 1.248.000 metros de papel lanzado a la basura con pura mierda.
Es tan irrisorio el comentario sobre el papel higiénico, pero es tan
esencial como la cantidad de energía que gastamos cada mes. La factura nos
llega en promedio a 500 bolivianos en todo el año gastamos 6.000 sin contar las
facturas que pagamos por internet y tv cable que ya nadie mira y por el uso del
teléfono. Es también medio friki pagar casi el 50% de lo gastado en energía que
lo que gastamos en internet y otros servicios reemplazados por el internet.
Es importante aclarar, que el agua se paga en una cuarta parte menos que
la energía que gastamos y que por lo tanto resulta más eficiente bañarse que
darse una panzada mirando tv sin mirarla, ya que en realidad estamos agarrando
el celular que estuvo enchufado toda la noche mientras cargaba. Un power bank
que se lleva también nuestra energía. Y entre otras cosas, te diste cuenta que
los vehículos también se llevan una parte de nuestra cuentas y datos. Por cada
16 kilómetros se me van de mi vida 1 litro de gasolina que en realidad cuesta
3.74 bs, es decir que por cada 10 litros me ando 160 kilómetros que se traducen
en 20 minutos de ida y 20 minutos de vuelta en 32 kilómetros, es decir menos de
1 hora en un vehículo que me lleva y trae. El detalle en este tema de la
gasolina es que cuando compramos gasolina especial, no tiene nada de especial,
lo único especial es el precio de Bs.- 3.74 pero ocurre un problema que muchos
tratan de ignorar, ya que el octanaje de esa gasolina es tan bajo crea en los
vehículos una especie de resoplo en los motores al arrancar o tratar de dar
velocidad a la movilidad, cosa que no pasa cuando cargamos el carburante
denominado Etanol, opción recién incorporada hace un par de años, donde el
costo es más elevado, Bs 4.50 por litro pero que genera una mejor eficiencia en
el desenvolvimiento del motorizado sin crear esos resoplos de motor. El
octanaje es 91 pero cuando cargo 10 litros gasto 45 bs menos los 37.4 bs que
gasto con la especial hay una diferencia considerable de 277.4 bs por litro
consumido en el año. Saque sus cuentas querido y estimado lector.
Esos datos no son nada, hay otros miles que pasan desapercibidos como,
por ejemplo, cuantas horas al día pasamos frente a la pantalla del celular, la
computadora o la play. Sumemos, mi hijo mayor tiene un promedio de 5 horas
jugando a la play, el otro menor, tiene la tendencia de pasar 4 horas
consumiendo otro tipo de juegos en la pc, pero con intervalos de descanso entre
cada sesión, pero mi mujer tiene un elevado consumo de redes sociales de hasta
más de 8 horas. Yo, trágicamente paso frente a esta portátil un promedio de 4 a
6 horas, por el ejercicio diario del homeoffice.
En total, entre los cuatros, nos tiramos todo el día en las plataformas
digitales, prácticamente, todo el día de vigilia. El consumo prácticamente es
permanente, ya que las horas que permanecemos en la cama descansa nuestro
cerebro y los aparatitos.
Tomando en cuenta que la mayoría de la gente se levanta de la cama o no,
lo primero que hace es mirar el dispositivo celular, estamos hablando de que la
primera cosa que hacemos en el día es mirar nuestra actividad digital. El WhatsApp,
las notificaciones en Facebook o en las otras redes que buscan llamar la
atención de sus usuarios de manera demoniaca, como un mal pensamiento
recurrente.
Otros datos, cuantas veces vamos al supermercado o mercado a hacer
compras recurrentes: pan, leche, agua, bebidas alcohólicas o no. Es un campo
que todavía no lo tenemos bien consensuado ni monitoreado por el hecho de que
es un factor que lo realiza un miembro de la familia, pero cada vez son más
hombres que van a los súper o a los mercados, falta chequear este dato, no tan
importante para el grupo selecto de feministas hombres de mi grupo de amigos,
pero si para la ciencia empresarial sobre todo dedicado al rubro de los
supermercados. Eso sí, haya que reconocer, que el tiempo dando vueltas en los súper
o en los mercados se ha reducido a números menores, ya que, si son los maridos
o hombres los que hacen las compras actualmente, pasan menos tiempo escogiendo
productos que lo que hacen las mujeres, que, por antonomasia, tardan más. No tengo
pruebas científicas de aquello, pero si son pruebas empíricas, que al final de
cuentas es de lo que está hecha la ciencia.
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