miércoles, 12 de octubre de 2011

SOCIEDAD MEDIATIZADA

Esta sociedad mediatizada que solo busca mostrarse perfecta tal y como la muestran en los medios. Lo perfecto de los cuerpos. Lo perfecto de las personas que lucen lo que tienen y lo que no tienen. La ambigüedad entre lo vano y lo espiritual. Es una sociedad enfrentada entre lo bueno y lo malo. Lo correcto y lo incorrecto. Perdida entre el bien y el mal. El tropiezo con las imposturas y la lógica de que lo perfecto de un cuerpo y el glamour que otorga el éxito va más allá de lo que realmente se debe mostrar y enseñar.

Esta sociedad mediatizada busca mostrarse en los medios de la manera irreal de como estos proyectan la realidad. Mujeres en bikini, cuerpos sensuales y sexis. La apología a lo sexual sin la debida orientación, sin tomar en cuenta que las mentes frágiles y maleables pueden salir afectadas (jóvenes) por el mal criterio ya sea del que coloca una imagen infractora de las buenas costumbres o del mal criterio del que la recibe. La famosa frase: este contenido es para personas con criterio formado. ¡Una paradoja!, cuando vemos que en los medios, sean escritos, radiales o medios de comunicación televisivos, forman en lo vulgar, informan lo morboso y entretienen con lo mediático que resulta poner mujeres y hombres exhibiendo cuerpos perfectos con inducción hacia lo carnal. El sexo vende en los medios de comunicación (lea el área de clasificados de su periódico local) y vende bien. El morbo genera números perfectos para las cadenas televisivas, el exhibicionismo genera audiencias a raudales que al final generan auspiciadores que anuncian donde este tipo de contenidos se propagan y difunden como la gran cosa.

El fin justifica a los medios. Las formas se deforman por lograr que alguien se quede pausado en una pantalla caliente, en una hoja de papel prensa que muestra lo idílico de una pose sensual de una modelo que al final deriva en lo sexual. Los gemidos radiales de articulaciones de oraciones que incitan al doble sentido aludiendo a la semántica pornográfica de la imaginación. Cada quien interpreta lo que quiere y entiende según la formación de cada persona. Pero a buen entendedor pocas palabras y la imagen vale más que mil palabras. Lo irritante que resulta entender que al final vivimos con el subconsciente agitado por toda esta información que nos hace actuar de manera irracional hasta instintiva. Estamos perdiendo la memoria, actuamos con el control remoto que comanda la mano del que produce lo mediático. Vejamos el derecho a la indignación por que el vulgo, las grandes masas piden repetición de una imagen morbosa porque creen que es lo correcto y normal. El impacto visual sobre nuestras mentes, azuzadas por el criterio mercantilistas de una sociedad comercial que busca tenernos idiotizados.

Hoy en tiempos de redes sociales, nos damos cuenta de que el nivel de expresión de la mayoría de los jóvenes que utilizan estas nuevas herramientas, dan la oportunidad de ver cómo está afectada esta sociedad mediatizada. Niñas que se proyectan en su lenguaje expresivo corporal y textual hacia lo que creen que es perfecto (idolatría de modelos con cuerpos perfectos). Exhibicionismo, hedonismo, vulgarización, “sextualización”, provocación. Chicos que se exponen con el vaso de cerveza en la mano en el ruedo de amigos (en el muro del facebook), imitando a la popularización que resulta de la publicidad de las bebidas alcohólicas. El bienestar y la diversión en mano de un trago cualquiera, puede ser de marca o no. Pero la imagen es esa. La que ya vendió y afectó a más de uno en su precariedad cognoscitiva de que lo que hace está socialmente correcto porque lo vio, lo leyó o lo escuchó en un medio de comunicación.


Misses que buscan la corona de un título de belleza, muchachos tratando de encontrar su primera experiencia sexual en el cuerpo de una niña que se exhibió como una mujer de vida precoz. Padres que valoran más lo material hasta el punto de creer que ese es el estatus perfecto. Todo esto conciliado en toda la exposición mediática que puede tener una persona. Pantallas de tv por todas partes, revistas, banners, vallas, eventos sociales, caricaturas de la deformación de una realidad exhibida como la grotesca forma de vivir y de pensar de los adultos. La bola de nieve que crece y crece con la era de la información, ha logrado que las mentes expuestas a toda esta avalancha de exposición permanente de que lo popular vende: sea un escándalo, una saturación de lo sensual y lo sexual, mediante la publicidad, programas de variedad o exacerbación de la noticia escabrosas que encuentra en lo sensacional el impacto suficiente para captar miles de miradas y ser el centro de atención, se convierta en lo verdadero.


Cuando nos demos cuenta, vamos a estar debajo de esa bola de nieve, todos mezclados y aplastados por una inminente y continua provocación de lo incoherente y fatal. Una sociedad mediatizada a diferencia de una sociedad informada, educada y entretenida con criterio y con valores que retomen la igualdad, el respeto hacia el prójimo: vecino, compañero, familia; lo único que va a lograr es agredirnos constantemente sin conocer el límite de esa agresividad que va a golpear cada vez más duro hasta el punto de que no nos vamos a reconocer ni a nosotros mismos, peor a nuestros hijos, familias, o sociedades donde vivimos.

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