viernes, 29 de diciembre de 2017

LA VITROLA DE PAPÁ

La vitrola que teníamos en la casa no se llamaba vitrola, se llamaba 3 en 1. Si, porque podías poner el disco de vinil, un cassette TDK y escuchar FM/AM

Tenía el trono en medio de la sala. Con una tapa elegante transparente dejaba ver como sicodélicamente el vinil daba vueltas y vueltas hasta que la aguja atravesaba la superficie concéntrica del disco negro y llegaba hasta el final, para volver automáticamente a su lugar.

La voz de Pedro Infante, Los Panchos, Javier Soliz, predominaban en las veladas con los amigos de mi padre. Luego mi hermano ensayaba los discos con las voces de José José, Emmanuel y Los Iracundos. Y el mayor, que venía de vez en cuando, aparecía con los submarinos amarillos de los Beatles y Black Sabbath. Todos alrededor de la “Pica”, a veces decía papá.

Pero el tiempo es inmaduro y, a veces juega con el sentimiento de las cosas, y las va olvidando. Los discos de Vinil quedaron arrinconados en la estantería del “chifonier” donde reinaba el 3 en 1, y poco a poco la radio novela se apoderaba de las tardes musicales. Los sábado y algunos domingo feriados, se desempolvaban los discos, afuera de su funda de cartón, ilustrados con diseños llamativos, se enfilaban hasta la cama perfecta de la vitrola.

Pasaron 20 años y las agujas de esos aparatos que hacían dar vuelta al perrito blanco que escuchaba una de las primeras vitrolas del mundo, terminaban archivadas en los cuartos cuartos, depósitos improvisados para los cachivachis o, en las electrónicas, servicio técnico para arreglar las cosas viejas que no tenían uso.

Entonces llegó el disco, el discman, el reproductor de mp3, los flashes, el celular, el bluetooth y las vitrolas quedaron olvidadas.

Pero como la vida da vueltas…así como el disco de vinil para sonar en los parlantes, también volvieron las Vitrolas, para esos nostálgicos, vintage, que les encanta volver donde fueron felices.

Y lo mejor de todo, más barato de lo que costaban antes.