A mamá le compramos uno de esos aparatitos para medir la presión http://amzn.to/2CcFhVQ con el miedo de que su
corazón valiente deje de latir o, ante tanta preocupación, le reviente una de
sus arterias, aunque no sabíamos si eso era probable o científicamente comprobado
tomamos las medidas del caso. Junto con ese monitor especial que se pone en la
muñeca, también compramos un medidor de glucosa. http://amzn.to/2q2268Z para saber si su
azúcar se le había subido o no. Todo eso para prevenir un fallo respiratorio o
lo que sea que le pueda pasar. De gran utilidad por supuesto.
Siempre nos movemos por los miedos, los que causan el saber algo. Muchas
veces escuché decir a vecinos y amigos que no van al médico para no saber qué
es lo que tienen, porque cuando llegan al consultorio del doctor, “siempre algo
pillan”. El miedo y la incertidumbre es una mezcla rara y peligrosa. Dejar que
las enfermedades crezcan por esa falacia de la sabiduría popular muchas veces
mata.
Una de cada ocho muertes en todo el mundo se debe a la presión arterial
alta. La afección es el principal factor de riesgo de enfermedad cardiaca y renal y aumenta en gran medida las
posibilidades de sufrir un derrame cerebral. Si esos datos no asustan, por lo
menos que sirvan de referencia para cuando expliquen cuales fueron las causas
de la muerte. Siempre dicen: “pero si anoche conversé con él y se veía tan
saludable”. Tan normal como una conversación de este tipo se vuelven las
enfermedades silenciosas, esas que no duelen durante mucho tiempo, pero están
ahí arrastrándose con tu cuerpo.
Dejarse llevar por los miedos no está bien, por eso visité al médico de
cabecera de TeamSannas, servicio de salud que contratamos este año y me llamó la atención su juventud. Ahora todos me
parecen jóvenes cuando uno cumple cierta edad, pero lo más interesante de la
charla que tuve con él – que fue la típica conversación médico paciente – es que,
desconfiaba de cada cosa que le decía: tal vez haya sido por las preguntas ¿Usted
fuma o consume bebidas alcohólicas? Respuesta un poco difícil de responder para
mi, ya que si hago las dos cosas, pero no con frecuencia. Es eso que llaman
bebedor social o fumador por estrés.
De todas maneras, la duda que tenía era: ¿está bien mi corazón, mi próstata,
tengo algo malo?, pero después de todos los exámenes de sangre, orina, etc,
descubrí que estaba mejor de lo que me había imaginado, y que el miedo que tenía
para no visitar al médico para no saber que era lo que tenía, solo se
encontraba en mi cabeza.
Por eso, cada vez que llega la fecha de mi cumpleaños, ya sé que me espera
una visita al médico. Es la única manera de evitar los miedos y que haya algo
que se detecte a tiempo.
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