domingo, 18 de julio de 2021

LOS ANTIVACUNAS SELECTO GRUPO EN CÁMARAS DE ECO

 Los encerraron en cámaras sin oxigeno, donde un algoritmo les daba de comer.


Ella es una intelectual de la desinformación, una miembro más del  aparheid creado con datos enviados por un grupo selecto de señoras que viven subiendo sus medias anti varices y compartiendo información antivacunas. La mayor parte del tiempo están encerradas en grupos de whatsapp donde aparte de comentar lo que sucede en la novela turca que emiten en UNITEL por la noche, también hablan sobre tratados internacionales y la credibilidad de las dosis contra el virus que está de moda.

Interesante cómo la vida da vueltas y personas como ella, caen en grupos de facebook, donde son seleccionadas por un binarismo intelectual de la inteligencia artificial. Forman parte de un poderoso segmento de la población que cree solamente lo que quiere creer. 

Ella, no tiene nombre, porque tranquilamente podría ser tu tía. Esa mujer que también tiene un esposo que la mira con la esquina del ojo cuando trata de influir en sus observaciones. Es columna vertebral de los que quieren vender algo para señoras arriba de los cincuenta. "También hay hombres en el grupo, por qué no entras", le pregunta cada día a su esposo, amigo, vecino. 

Pero ¿Cómo son los procesos para que un algoritmo defina con tanta precisión quienes pueden entrar en estas cámaras de eco? ya sabemos que el principal objetivo es que pasen más tiempo allí. Estos procesos de selección de personas que son antivacunas son precisamente los que se están quedando con esta pandemia. 

El cálculo es sencillo: las personas vacunadas dejan de estar en pandemia; las personas no vacunadas, mantienen un estatus de pandémico, ya que son las principales víctimas del virus. 


Si tu tía está en este grupo fabricado con la decisión organizada de los interesados, es posible que también encontremos de manera exponencial, muchas personas con enfermedades mentales con perfiles perfectos para empezar tratamientos psicológicos y en el caso de algunos, psiquiátricos.  No es una burla para tu tía, hermana o cuñada. Simplemente que si nos ponemos a hacer cálculos sencillos, encontraremos un denominador común: la demencia.


Tomando en cuenta que la demencia es un conjunto de pensamientos sociales que interfieren con la vida cotidiana y que no es una enfermedad específica, sino un grupo de trastornos caracterizados por el deterioro de al menos dos funciones cerebrales: la memoria y la razón, nos empeñaremos en enfocar que el principal problema de estas personas no es en sí la vacuna, si no, la pérdida de la razón.


Platón creía, que la razón es el rasgo distintivo del ser humano y lo que nos permite llegar a la verdad. Tal vez por eso, algunos comunarios en Potosí creían que iban a convertirse en Lobo después de ser vacunados, estaba ausente la razón en esos lados fríos del planeta. Para Aristóteles, la razón es lo que mueve al ser humano que está compuesto por un alma que se mueve con forma de cuerpo, y no es una vacuna que imanta el brazo, a tal punto que los metales se quedan sobrepuestos en el hombro, donde el virus modificado ingresó, imantados como los lingotes con  el imán que había llevado el gitano Melquiadez a Macondo en Cien años de soledad. 


La verdad y la razón, no son partes invitadas en estos grupos de seudo ciencia que confinadas en facebook y whasapp aligeran la carga de las personas que piensan que las pequeñas jeringas que introducen un líquido a sus brazos no las va a salvar de nada; que por el contrario les va a modificar el  ácido desoxirribonucleico.


Es todo lo que tengo que decir sobre ella, que luego de verse descubierta en un grupo de vacunados ya no tiene más intenciones de preocuparse si tiene la razón o no.








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