Desde que los cambios tecnológicos en la industria de la televisión se
ha visto afectada por las TIC´s, los contenidos y sus plataformas han tenido
que reinventarse y encontrar nuevas formas de llegar al receptor. Las redes
sociales y las grandes corporaciones que investigan e invierten en la
propagación de contenidos mediante estas nuevas herramientas han creado una
competencia que hay que darle alcance.
¿Cómo cambia todo desde la visión de los contenidos con audiencias
diferidas?
Los principales medios de
producción de contenidos que han explotado durante los últimos 10 años esta
tecnología han sido los que la han creado. Youtube es el principal generador de
contenidos audiovisuales en todo el planeta. Ha desarrollado una red de
creadores que sin ser parte orgánica de sus estructuras, ha sabido alienarlos
en sus procesos de producción y creación
de contenidos para llenar la red más grande de videos en todo el mundo. Bajo un
sistema de pago por vista, los creadores han logrado entrar a un plano donde no
tomábamos en cuenta a la audiencia que además de ser pasivos consumidores
también son diseñadores de sus propios contenidos. La explosión de esta red ha
generado que millones de dólares en publicidad que antes iban a los medios
tradicionales, se vuelquen hacia estos horizontes que al parecer, son más
efectivos y más baratos según el costo de oportunidad generada por la misma red
de Youtube.
La competencia generada por la caza de nuevas audiencias en tiempos de
streaming, Netflix encontró su camino. El alquiler de películas mediante el
sistema tradicional del puesto fijo al envío por correo dio un salto
cuantitativo y cualitativo abismal. La brecha que fue sellada por medio de
grandes inversiones se logró solo con la paciente generación de un streaming
estable por el internet. El negocio cambió de paradigma y los procesos de
ventas y de creación de contenidos también. Ya no es necesario ir a un club de
videos a rentar varias películas para verlas en casa y devolverlas la semana
siguiente. Ya no es necesario contar con un aparato lector de esos discos que
llevaban el contenido en sus huellas digitales. Ahora, la posibilidad de
explorar la tienda sentado desde el sillón de la sala de casa, o desde la
computadora en la oficina, o desde la pantalla del celular, ahorra millones a
los consumidores pero al mismo tiempo, aumenta de manera vertiginosa la
cantidad de suscriptores que pagan mensualmente por ver las películas, o
series, o documentales que quieran, el rato que deseen.
La televisión no va a morir porque siempre tendrá aire gratis para
respirar. Las grandes inversiones realizadas por décadas para tener una red de
comunicación que llega a los más recónditos lugares de la población hacen que
estos tenga una ventaja competitiva difícil de igualar. No es solo la capacidad
de tener una audiencia cautiva sino, de tener la capacidad de adaptarse y sumar
las nuevas formas de llegar a las audiencias. Es por lo tanto, que en el
análisis que contribuye este articulo es la propuesta de generar sus propios
contenidos como lo hacen los nuevos actores que compiten en esta enorme
industria sin chimenea que es la producción de contenidos.
Todo esto está dado de manera tal de que los que llegan después de la
televisión solo buscarán tener asociados a las grandes televisoras para llegar
con todo el caudal de contenidos para ser negociados. Al fin de cuentas, los
factores que más afectan no son solo a los que no se alinean en esta vertical
que es la tecnología, sino también, en los que no entienden los procesos de
simbiosis de entender los modelos de negocios. Los blockbusters que no
entiendas los nuevos tiempos tendrán que pagar con la pérdida de su adn en la
matriz central de esta estructura endogámica que se traga todo lo que entra y
lo que no, simplemente lo deja y no lo procesa. Es el gran hoyo negro del
universo de los contenidos por el cual el que no se arriesga a entrar en él, perderá
prácticamente todo. Las inversiones no pueden terminar de unir los puntos que
le faltan si no logran hacer acuerdos con los grandes medios de comunicación que
mantienen todavía sus raíces fuertes ancladas en el mundo surrealista el cual
es el presente, pero el futuro se vuelve más poderoso cuando entendemos que lo
inexorable cumple una regla matemática difícil de contradecir, un algoritmo difícil
de cambiar, un adn que no va a torcer su rol histórico mediático solo por unos
cuantos que piensan que las cosas no deben cambiar porque les va a afectar.
Un gran ejemplo de cómo está modificado todo el espectro de la industria
de los contenidos es que ya no se habla de la industria de la televisión. La
televisión dejó su rol de simple megáfono para convertirse en el medio
transaccional de estos contenidos, convirtiéndose en socios estratégicos para
las grandes corporaciones que se están terminando de ensanchar en el plano
mundial. Netflix se encuentra a pérdida por una sencilla razón, porque primero
invierte en el ancho camino para que los millones de suscriptores entren a su
mundo pagando un mínimo pago para ver lo
que ellos quieren ver y no lo que otros quieren que vean.
Es un ajuste matemático y conceptual que raya en lo práctico y sencillo.
Esta inversión de millones de dólares necesita como principales socios las
grandes inversiones en activos que ya tienen la industria del cine y la
televisión. La producción de series asociados con estas redes dará el valor
agregado que todos piensan que es una de las aristas de los negocios. La forma
de hacer publicidad también dará un cambió de visión y no serán las típicas
piezas de 30 segundos pasando en cada corte interrumpiendo la paciencia del
televidente, estarán impresas en la cinta cinematográfica como algo ininteligible,
fuera de plano pero presente en un ángulo casi invisible. Todos saben que la
nueva forma de alimentar a esas bestias salvajes que son los consumidores de
sueños e ilusiones, de información y realidad mágica, se devoran horas y horas
de video y audio, solo porque los hace sentirse entretenidos e informados.
Mientras pasan los cuadros y cuadros de las escenas de las series, películas o
documentales, consumen todo tipo de productos que están en esas piezas que
duran el tiempo que ellos quieran.
Solo hace falta ver los números que dan cuenta de esta nueva forma de
entender las cosas. Netflix tendrá más de 100 millones de suscriptores. Youtube, Amazon,
Facebook también están virando sus naves hacia el negocio de la difusión de
contenidos al estilo Netflix. Univisión, Fox, HBOGo, Red Globo, RaiTv, etc,
etc, etc, tienen ya un andén en ese nuevo puerto que es el Streaming de videos
bajo esta forma de ganar millones. Los 7 mill millones de personas que habitan
el planeta tendrán miles de opciones para acceder a los contenidos que ellos
quieren y eso que todavía no estamos hablando de lo que va a pasar con los
VR´s. En primera persona, tocando en el aire los contenidos. Sumergiéndonos a
una realidad virtual que hará explotar nuestros sentidos.
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