sábado, 22 de julio de 2017

NETFLIX CAMBIÓ LA TELEVISIÓN



Desde que los cambios tecnológicos en la industria de la televisión se ha visto afectada por las TIC´s, los contenidos y sus plataformas han tenido que reinventarse y encontrar nuevas formas de llegar al receptor. Las redes sociales y las grandes corporaciones que investigan e invierten en la propagación de contenidos mediante estas nuevas herramientas han creado una competencia que hay que darle alcance.

¿Cómo cambia todo desde la visión de los contenidos con audiencias diferidas?

 Los principales medios de producción de contenidos que han explotado durante los últimos 10 años esta tecnología han sido los que la han creado. Youtube es el principal generador de contenidos audiovisuales en todo el planeta. Ha desarrollado una red de creadores que sin ser parte orgánica de sus estructuras, ha sabido alienarlos en sus procesos  de producción y creación de contenidos para llenar la red más grande de videos en todo el mundo. Bajo un sistema de pago por vista, los creadores han logrado entrar a un plano donde no tomábamos en cuenta a la audiencia que además de ser pasivos consumidores también son diseñadores de sus propios contenidos. La explosión de esta red ha generado que millones de dólares en publicidad que antes iban a los medios tradicionales, se vuelquen hacia estos horizontes que al parecer, son más efectivos y más baratos según el costo de oportunidad generada por la misma red de Youtube.



La competencia generada por la caza de nuevas audiencias en tiempos de streaming, Netflix encontró su camino. El alquiler de películas mediante el sistema tradicional del puesto fijo al envío por correo dio un salto cuantitativo y cualitativo abismal. La brecha que fue sellada por medio de grandes inversiones se logró solo con la paciente generación de un streaming estable por el internet. El negocio cambió de paradigma y los procesos de ventas y de creación de contenidos también. Ya no es necesario ir a un club de videos a rentar varias películas para verlas en casa y devolverlas la semana siguiente. Ya no es necesario contar con un aparato lector de esos discos que llevaban el contenido en sus huellas digitales. Ahora, la posibilidad de explorar la tienda sentado desde el sillón de la sala de casa, o desde la computadora en la oficina, o desde la pantalla del celular, ahorra millones a los consumidores pero al mismo tiempo, aumenta de manera vertiginosa la cantidad de suscriptores que pagan mensualmente por ver las películas, o series, o documentales que quieran, el rato que deseen.

 

La televisión no va a morir porque siempre tendrá aire gratis para respirar. Las grandes inversiones realizadas por décadas para tener una red de comunicación que llega a los más recónditos lugares de la población hacen que estos tenga una ventaja competitiva difícil de igualar. No es solo la capacidad de tener una audiencia cautiva sino, de tener la capacidad de adaptarse y sumar las nuevas formas de llegar a las audiencias. Es por lo tanto, que en el análisis que contribuye  este articulo  es la propuesta de generar sus propios contenidos como lo hacen los nuevos actores que compiten en esta enorme industria sin chimenea que es la producción de contenidos.

Todo esto está dado de manera tal de que los que llegan después de la televisión solo buscarán tener asociados a las grandes televisoras para llegar con todo el caudal de contenidos para ser negociados. Al fin de cuentas, los factores que más afectan no son solo a los que no se alinean en esta vertical que es la tecnología, sino también, en los que no entienden los procesos de simbiosis de entender los modelos de negocios. Los blockbusters que no entiendas los nuevos tiempos tendrán que pagar con la pérdida de su adn en la matriz central de esta estructura endogámica que se traga todo lo que entra y lo que no, simplemente lo deja y no lo procesa. Es el gran hoyo negro del universo de los contenidos por el cual el que no se arriesga a entrar en él, perderá prácticamente todo. Las inversiones no pueden terminar de unir los puntos que le faltan si no logran hacer acuerdos con los grandes medios de comunicación que mantienen todavía sus raíces fuertes ancladas en el mundo surrealista el cual es el presente, pero el futuro se vuelve más poderoso cuando entendemos que lo inexorable cumple una regla matemática difícil de contradecir, un algoritmo difícil de cambiar, un adn que no va a torcer su rol histórico mediático solo por unos cuantos que piensan que las cosas no deben cambiar porque les va a afectar.


Un gran ejemplo de cómo está modificado todo el espectro de la industria de los contenidos es que ya no se habla de la industria de la televisión. La televisión dejó su rol de simple megáfono para convertirse en el medio transaccional de estos contenidos, convirtiéndose en socios estratégicos para las grandes corporaciones que se están terminando de ensanchar en el plano mundial. Netflix se encuentra a pérdida por una sencilla razón, porque primero invierte en el ancho camino para que los millones de suscriptores entren a su mundo pagando un mínimo pago para ver  lo que ellos quieren ver y no lo que otros quieren que vean.

Es un ajuste matemático y conceptual que raya en lo práctico y sencillo. Esta inversión de millones de dólares necesita como principales socios las grandes inversiones en activos que ya tienen la industria del cine y la televisión. La producción de series asociados con estas redes dará el valor agregado que todos piensan que es una de las aristas de los negocios. La forma de hacer publicidad también dará un cambió de visión y no serán las típicas piezas de 30 segundos pasando en cada corte interrumpiendo la paciencia del televidente, estarán impresas en la cinta cinematográfica como algo ininteligible, fuera de plano pero presente en un ángulo casi invisible. Todos saben que la nueva forma de alimentar a esas bestias salvajes que son los consumidores de sueños e ilusiones, de información y realidad mágica, se devoran horas y horas de video y audio, solo porque los hace sentirse entretenidos e informados. Mientras pasan los cuadros y cuadros de las escenas de las series, películas o documentales, consumen todo tipo de productos que están en esas piezas que duran el  tiempo que ellos quieran.

Solo hace falta ver los números que dan cuenta de esta nueva forma de entender las cosas. Netflix tendrá más de  100 millones de suscriptores. Youtube, Amazon, Facebook también están virando sus naves hacia el negocio de la difusión de contenidos al estilo Netflix. Univisión, Fox, HBOGo, Red Globo, RaiTv, etc, etc, etc, tienen ya un andén en ese nuevo puerto que es el Streaming de videos bajo esta forma de ganar millones. Los 7 mill millones de personas que habitan el planeta tendrán miles de opciones para acceder a los contenidos que ellos quieren y eso que todavía no estamos hablando de lo que va a pasar con los VR´s. En primera  persona, tocando en el aire los contenidos. Sumergiéndonos a una realidad virtual que hará explotar nuestros sentidos.


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