Sobre periodismo, escribe Martín Caparrós en su libro EL HAMBRE, página 205:
En 1880, un periodista combativo llamado William Stead fue contratado como editor de un diario inglés vespertino y conservador llamado Pall Mall Gazette. Steal lo cambió de rabo a rabo: su misión, dejó escrito, sería "trabajar por la regeneración social del mundo". Para eso producía unos relatos vívidos, escritos en un idioma simple y casi violento, en primera persona, con el agregado de dibujos, planos, mapas, fotos, grandes títulos, que contaban historias de los más miserables.
Su mayor éxito fue una serie sobre la trata de blancas que tituló "The Maiden Tribute of Modern Babylon". Allí, para explicar como funcionaba la venta de nenas a los burdeles de Londres, organizó la compra, por cinco libras, de una chica de trece años para prostituirla. La serie subió la circulación del diario a 120.000 ejemplares; por su repercusión, el Parlamento inglés decidió aumentar la edad de consentimiento sexual de 13 a 16 años. Pero, al mismo tiempo, Stead fue juzgado y condenado a tres meses de prisión por la compra de la menor. Stead llamó a esa forma de informar, pro primera vez, new journalism. En ellas, entre otras cosas, el periodista se transformó en ese protagonista que todavía , muy a menudo, intenta ser.
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