Salgo corriendo con la frase bajo el brazo de un webinario de la fundación Gabo, me acabo de robar una idea que se siente caliente todavía en mis tímpanos.
El registro del caos. Ladrón de frases calientes me dicen.
Los registros los imagino como esos cardex que utilizaban los contables en los años anteriores al software digital para llevar los Debe y Haber en las empresas. Esta vez hay más registros andando por las calles para definirlos como caos.
Uno de ellos es la lectura incipiente de los infectados por Covid19 en UNITEL. Leen los positivos como si fueran del día, sabiendo que los resultados obtenidos por jornada tienen un retraso de casi 30 días. ¿Se puede tener un caos más evidente que ese?
Otro de los caos más estrepitosos de la década pandémica son las atribuciones que se toman los políticos para seguir haciendo lo que les da la gana, o mejor dicho, lo que les da plata a sus bolsillos. Es obvio que la obsesión de los políticos es el poder, pero el poder atrae el dinero, sin dinero no hay poder, y tampoco no hay prebenda, ni coimas, ni extorsión, ni corrupción, es decir, todo lo malo que sigue a la palabra político.
El caos en los hospitales, nunca antes habíamos visto tanta gente enferme caminando por las calles y ni siquiera se dan cuenta. El miedo los hace deambular de un lado para el otro, con sus enfermos a cuesta, esperando en las entradas de emergencia, un espacio para que sus covid19 puedan ser atendidos a tiempo. Muchos no llegan a tener suerte y mueren a metros del centro médico.
Es tan difícil llevar un registro exacto del caos, pero vemos y anotamos los que son de envergadura estructural. Una sociedad que se vendió a un partido político no puede estar exigiendo que les abran las puertas de los hospitales sabiendo que apoyaron a uno que las cerraba para abrir porterías en canchitas de pasto sintético.
Tal vez ese sea el mayor registro de todos los "Caos" que han habido en Latinoamérica y el mundo. Un presidente que se dedicó a robar está siendo vitoreado para que vuelva a seguir robando. Es tanto el caos que la tierra no soporta tanta estupidez que tiembla.
La década pandémica, la estamos empezando a vivir el año 2020, justo cuando empezamos a creer que ya estamos en un mundo civilizado, nos encuentra este virus desnudos de cuerpo y alma. Se entró por nuestras narices y nos enfermó el pulmón izquierdo y derecho, no discriminó a nadie y esto generó el peor de los caos, que la gente no se esperaba tanta honestidad por parte de un virus, que sin decir nada entró a nuestro mundo a desafiarnos.
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