De los premios #OSCAR´s
hasta la ayuda HUMANITARIA en #Venezuela
Yo creo que la
mejor actuación hasta ahora ha sido la de: la realidad.
Por un lado, los premios OSCARS que congratulan a los mejores artistas de la meca
cinematográfica de Hollywood y del mundo, han logrado como siempre lo hacen,
llamar la atención de una porción de la población mundial.
Por otro lado, la puesta en escena de dos poderes políticos reflejados en la izquierda y
la derecha nunca antes ha sido tan marcada como hoy. El Aid Live realizada en
la frontera de Colombia y Venezuela basta, para entender que esas tormentas
ideológicas han pasado a ser una
retórica del viejo siglo y que lo que hoy prima solo son intereses económicos
de grupos pequeños de gentes emborrachadas de poder: lo digo por Maduro y sus secuaces,
lo digo por sus militares y acólitos referidos que lo siguen, sin nombrar por
respeto, a los presidentes que lo apoyan a nombre de sus gobiernos y no de su
gente.
Parece un poco
complicado entender por qué pasan estas cosas: envían ayuda humanitaria para
gente que se está muriendo por no tener suficiente medicina o primeros auxilios
y los que van a recibir la ayuda, terciarizadas a la fuerza por militares,
niegan ese cargamento, incendiándolo.
Pareciera que la
razón ha perdido todo sentido histórico.
En pleno siglo
21, donde las sociedades han progresado al punto de ser más eficientes y eficaces en tiempo y
espacio, se dan todavía estas ritualidades que arrancan a la lógica de sus
sentidos.
Tal vez tenga que
ver unos cuantos millones de dólares en juego, el posicionamiento político de
la región se amaine de izquierdistas revolucionados por el capitalismo seudo
socialista, y no quieran dejar la corrupción ejercida como parte del plan de
gobierno, que hayan entrado en un enloquecimiento tribal y desnuden lo peor del
ser humano, tal vez haya pasado que nos hemos perdido alguna información en el
camino y no hemos encontrado los motivos de por qué después de 20 años de
gobiernos chavistas y Madurista, la gente haya colapsado de su sueño y
despertado en sus pesadillas, tomando decisiones de fuga y abandonando su patria, derramándose por
toda Latinoamérica.
Se hilan fino los
mensajes: Cuarón trata de lograr recrear en su memoria lo clasista que era la
sociedad mexicana en su barrio. Logra exponer con gran virtud cinematográfica,
una herencia de las sociedades de todos los tiempos. Hábilmente resalta la
función de una mujer resignada a su suerte, que daba vuelta por su mente,
limpiando las esquinas de sus posturas mentales, arreglando los bordes de su camisa
de seda, 30 años después de que sus recuerdos se acordonaron en el cuadro de su
cámara, para masticar la posición clasista de sus progenitores, y ni ahí logró
restarle la realidad de que el observador, miraba impávido algo tan resuelto
como normal y lo único que llamó la atención fueron sus sutilezas como: el
blanco y negro, los silencios mudos de las escenas; los aviones pasando por los
cielos mientras a ella le pasaba la vida explotada en una cocina armada con una
escoba. Teatro montado el de Hollywood para aprovechar temáticas clasistas como
la Green Book, que también dibuja la
figura de la humanidad en “cintas” que hurgan en la herida de las sociedades
modernas.
De eso se trata,
cuando leemos las realidades de nuestros contenidos emitidos en cajas de
resonancias cada vez más diversas: vemos al pajarito chiquitico sobrevolando
las montañas de información, creando una guerra mediática diferente a las de
los noventas, como cuando otro bigotón como maduro era derrocado en Bagdad,
Irak. Sabemos que los cohetes apuntan a una inmediata resolución bélica y así
como Hollywood prestas sus estudios y escenarios para grabar las películas más
épicas; hoy Venezuela se está armando un
escenario para emitir en vivo: desde Periscope o Facebook live, la batalla que
puede dar inicio al militarismo mediático de la observación. Preparados están
los centenial o los millenials, que observan partidas de streamers en Fornite.
Lejos de la
realidad, cerca de la verdad. Ambigua resolución de los conflictos. Llamada épica
a la aventura. Aliados y enemigos. Las cavernas
ya están listas y el elixir preparado para entregarle al héroe, que iniciará su
viaje, para después aparecer en 4k en salas de cines autorizadas por el público
que recreará lo que vio en vivo, desde la palma de su mano.