Los que estudiamos la comunicación y nos formamos en América Latina sabemos que, a principios de los años 1980, algo hizo clic en la forma de encarar ese tipo de estudio. Los paradigmas anteriores -la Mass Communication Research o el crítico-reproductivismo de Mattelart and Co.- no daban más y sus aportes eran irrelevantes: la impotencia de estos instrumentos de trabajo llevó a los comunicadores a replantearse las preguntas y buscar nuevas respuestas.
Gracias a Jesús Martín Barbero, Néstor García Canclini o Aníbal Ford fue tomando forma un nuevo paradigma donde lo mediático se comienza a abordar desde una perspectiva más amplia y cultural. En mi libro Hipermediaciones(2008) tracé las coordenadas de estos cambios y marqué algunas de las diferencias entre el enfoque latinoamericano y los Cultural Studies británicos.
El rol de Jesús Martín Barbero fue fundamental en esta historia. En De los medios a la mediaciones (1987) este español radicado en Colombia desde la década del 1960 no sólo nos presentó el más impresionante relato de la constitución de las culturas populares en Occidente: también sembró el libro de claves de investigación y análisis que todavía hoy marcan a los estudios en América Latina. Entre sus lectores algunas frases extraídas de sus libros ya tienen el mismo impacto que los aforismos de McLuhan:
- “Hay que perder el objeto (la comunicación) para ganar el proceso.”
- “Debemos pasar de los medios a la mediaciones.”
- “Cambiar de mirada: dejar de analizar los contenidos para ver qué hace la gente con lo que ve.”
- “Debemos pasar de los medios a la mediaciones.”
- “Cambiar de mirada: dejar de analizar los contenidos para ver qué hace la gente con lo que ve.”
Para los que estudiábamos la carrera de comunicación a finales de los años 1980 los textos de Jesús Martín Barbero, literalmente, nos volaron la cabeza: era un discurso nuevo, fresco, abierto, crítico y que rompía con los paradigmas, sobre todo con el hipercriticismo matterlartiano que no dejaba telenovela ni Pato Donald con cabeza. Si la gente miraba telenovelas es porque encontraba algo en ellas. La búsqueda de ese “algo” y de ese “por qué” movilizó a la nueva generación de investigadores de la comunicación.
De las audiencias a los prosumidores
Salto al 2012. La publicación del libro De las audiencias contemplativas a los productores conectados (de J. Bonilla, M. Cataño, O. Rincón y J. Zuluaga), un proyecto conjunto entre la Universidad de los Andes (Bogotá), EAFIT (Medellín) y la Universidad Javeriana de Cali, no sólo describe con lujo de detalles el estado actual de los estudios de audiencia en Colombia: el volumen se abre conuna entrevista-prólogo a Jesús Martín Barbero que no tiene desperdicio.En esa entrevista JMB recuerda los eventos y procesos que lo llevaron a repensar la investigación de la comunicación hace tres décadas. Esta entrevista tiene un gran valor porque nos permite encuadrar y contextualizar no sólo la obra de Jesús Martín Barbero sino también el nuevo paradigma de la comunicación nacido en América Latina en los años 1980.
- “David Morley (el investigador de los Cultural Studies), me dijo: ‘Jesús, vos te adelantaste a lo que hicimos después en Inglaterra’, y lo que hicimos fue meterle la cultura y lo popular al asunto de los medios” (p. 26).
- “Yo no soy partidario de la categoría ‘audiencias’ (p. 22) (…) En mi trabajo no aparece el concepto de audiencia, pero sí el de la cotidianeidad, el consumo y la lectura” (p. 27).
- “Creo que fui de los primeros en América Latina que planteó la imposibilidad de creerse el cuento de los efectos, es decir, seguir insistiendo en que ya sabíamos lo que pasaba con el receptor si sabíamos quiénes eran los dueños de los medios, y cuál era la ideología de los que hacían los programas, o los periódicos.” (p. 22)
- “Yo partí al revés, porque partía de la comunicación cotidiana de la gente, cuando armo el concepto de ‘mediación’ es para poder pensar eso: los actores, los sujetos, los movimientos. Porque la comunicación es cuestión de actores, por eso mi idea de pasar del concepto de ‘ideología’ al de ‘cultura política’, porque las ideologías siguen siendo de los partidos y no de la gente.” (p. 23)
- “¿Por qué en lugar se seguir repitiendo que la comunicación es dominación no empezamos a pensar los procesos de dominación como proceso de comunicación? Dije esto pensando en Gramsci y en Freire (…) Gramsci era el único marxista latino, los demás eran alemanes y rusos; y lo era porque era el único que hablaba desde nuestro vocabulario, desde nuestra sensibilidad, por lo que fue capaz de entender la importancia del folletín y del melodrama.” (p. 24).
- “Lo que me interesaba era la TV ¿Por qué? Por las mediaciones que aparecen: la cotidianeidad familiar, o sea, en lo que pasa en la casa cuando se juntan a mirar la telenovela o la TV; desde la TV como se organizaba la jornada de la gente, de la temporalidad; la telenovela y el noticiero funcionaban como la continuación del monasterio y sus campanas para los campesinos medievales.” p. 25).
- “(nuestra) investigación desde los usos sociales de la telenovela en América Latina significaba mirar los géneros y las lecturas (…) Nuestro análisis era de la telenovela qué ve la gente. Por eso, nuestro énfasis fue primero: qué hace la gente con lo que ve y disfruta, también las lógicas de la producción, y del mismo modo en la composición textual del relato. Nos interesaba estar en los tres momentos: los usos de la gente, el texto y los modos de inscribir sentido” (p. 29).
- “El concepto de ‘mediaciones’ no es que ‘los medios median’, sino que los medios entran en relación: medios y sociedad, medios y vidas cotidianas, medios y movimientos sociales, medios y estructuras de producción. Y es que la TV no puede ser negocio sin tocar fibras de la vida real de la gente pero, a su vez, no puede tocar fibras enredado a la gente sin ser negocio…” (p. 31).
- “Desde hace al menos 25 años la TV se ha venido moviendo mucho más deprisa que las categorías con que intentamos comprenderla…” (p. 32).
- “(Hoy) tenemos que pensar lo que se hace con la TV y con los medios y con el internet y con el celular…, el adolescente que juega videojuegos también ve la TV pero de otra manera; la clave está en que los medios no pelean entre sí, porque tienen en común el relato; y los medios, los videojuegos, llevan hasta la escuela los relatos, es decir, estamos otra vez en el terreno del ‘reconocimiento’ (…) Lo que hay que rastrear y mapear son las prácticas cotidianas mediante las cuales las gentes de todas las edades y clases sociales usa el celular, el internet, la prensa, la radio, la TV para comprender sus necesidades básicas y expectativas de sentido” (p. 33-35)
- “Cuando se videojuega o ‘internet-juega’ no solo se está operando una maquinita, los videojuegos son una cosa menos simplona de lo que los académicos están pensando y diciendo (…) Los medios cambian pero no su comprensión: se repite la imagen primera de unos medios que le organizan a la gente la temporalidad y le decían como pensar. Y la gente está en otra experiencia, en otra parte” (p. 33).
Al repasar estas declaraciones se nos abren unas cuantas líneas de reflexión. Por una parte hay que reconocer que los planteos de Jesús Martín Barbero siguen siendo una fuente inagotable de inspiración; sus reflexiones -estamos hablando de un corpus de ideas desarrolladas a lo largo de varias décadas- nos deberían servir para expandir el estudio de fenómenos contemporáneos como las narrativas transmedia, la cultura de los fans y la producción de contenidos a cargo de los usuarios. La teoría de las mediaciones de Jesús Martín Barbero nos brinda un marco ideal para internarnos en las fan cultures y las fan fictionsde Henry Jenkins.
Por otro lado, su mirada sigue vigente y nos permite abordar lo que pasa alrededor de los medios digitales interactivos. Por ejemplo la cuestión de los medios en tanto organizadores de la vida y la temporalidad de la gente ¿Sigue la TV marcando el ritmo familiar? ¿Acaso las redes sociales no están progresivamente modelando nuestro uso tiempo (y el espacio) a lo largo del día? ¿Y los dispositivos móviles? Las redes son el lugar de las (hiper)mediaciones. Al final de mi libro Hipermediaciones hice un primer acercamiento a los cambios temporales y espaciales que implican las redes, pero queda muchísimo camino por recorrer. Para tener una visión actualizada les recomiendo mi reseña de Networked (primera y segunda parte).
Después de la entrevista a Jesús Martín Barbero el volumen De las audiencias contemplativas a los productores conectados continúa con un pormenorizado informe sobre el estudio de las audiencias y procesos de recepción en Colombia. El libro cartografía los itinerarios de investigación, los enfoques teóricos y metodológicos, presesenta los estudios más significativo y el estado de los estudios entre lso años 2000-2010. Martín Barbero marcó un camino que decenas de investigadores han recorrido y expandido. Al final el libro se interna en los cambios que están sufriendo las audiencias tradicionales por el avance de las redes digitales, los medios interactivos y las nuevas prácticas de uso, sobre todo por parte de los jóvenes.
En este contexto Omar Rincón -uno de los mayores expertos en narrativa mediática que tenemos en América Latina- presenta una interesante tabla para comprender la nueva televisión (p. 183):
Esta tabla expande y complementa algunas ideas que dejé caer en mi artículoHacia la hipertelevisión. Los primeros síntomas de una nuevaconfiguración del dispositivo televisivo (Diálogos de la Comunicación, n. 77, 2008). Con esta contribución de Omar (a quien agradezco mucho el haberme regalado este libro que iluminó mi vuelo Bogotá-Barcelona) concluimos esta parte del post.
Una coartada metodológica
Este interés por el estudio de las audiencias y la recepción en América Latina va más allá de Colombia. En México la editorial de Jerónimo Ripoll -Tintable- acaba de publicar Una coartada metodológica. Abordajes cualitativos en la investigación en comunicación, medios y audiencias de Guillermo Orozco y Rodrigo González. Este volumen, por un lado, propone un mapa de las diferentes metodologías y formas de abordar el estudio de la recepción; por otro lado, propone un propio recorrido de investigación fundado en una experiencia consolidada a través de los años.
(Nota: sigan con atención el proyecto editorial de Tintable, combina libros impresos de gran calidad con ramificaciones en las redes digitales).
Según los autores de Una coartada metodológica la perspectiva que subyace en la metodología propuesta “no pretende ser ingenua, aunque tampoco sesgada ideológicamente, como muchas de las visioenes que han inspirado en el pasado la realización de investigación en comunicación y medios en América Latina. Queremos ofrecer una perspectiva políticamente comprometida, enfocada sobre todo en la transformación de las audiencias y su empoderamiento para participar como interlocutores en los nuevos escenarios comunicativos contemporáneos. Hacerlo conlleva, a su vez, realizar investigación empírica de sectores concretos para obtener los datos frescos y apreciar condiciones específicas necesarias para impulsar cambios plausibles” (p. 13).
Como vemos, pasan cosas en los estudios de recepción y audiencias de América Latina. No es para menos: los procesos de hipermediación afectan a todas las sociedades, generando rupturas y desplazamientos en la forma de producir y consumir las nuevas textualidades digitales e interactivas. Las audiencias se han fragmentado, se han vuelto fluídas y a menudo ubicuas. En la última década las audiencias ya no están más donde se pensaba que estaban (ver The changing nature of audiences : from the mass audience to the interactive media user de Sonia Livingstone, un texto clave del 2003) y cada vez cuesta más rastrear sus desplazamientos con los viejos instrumentos analíticos. Estos dos libros nos dan una pauta de estos cambios y abren el camino a futuras investigaciones.
FUENTE: http://hipermediaciones.com/2012/09/01/estudios-de-recepcion-en-america-latina-mas-alla-de-las-audiencias/
No hay comentarios:
Publicar un comentario