SER HINCHA

Ser un fanático del fútbol a veces es frustrante y muchas veces gratificante.

Yo aprendí a jugar en la canchita del barrio. A veces llegaba a la casa tarde en la noche después de haber jugado todo el día y caía rendido en la cama. Era mi locura y mi obseción. Pasé mi infancia pegado a la pelota parte de mi juventud hasta que ya no me dieron las piernas, pero esto me supera. Ver a lucas me devuelve con más fuerza el hincha que vive en mi. Ya sufrí con Oriente Campeón, Apoyar a la selección Argentina desde el ´82 hasta este último mundial me dieron muchas satisfacciones como desilusiones. Ahora ser hincha de mi hijo es único, gane o pierda un partido no importa, verlo jugar y el amor que le pone al juego es único.