domingo, 13 de enero de 2019

CÓMO COCINAR DEMOCRACIAS Y DICTADURAS ADYACENTES



Mientras que Maduro se corona presidente, el resto del mundo mira impávido como en las Américas se corrompe la democracia y se pone en riesgo el denominado patio trasero de Estados Unidos y Europa. Algo trágico está pasando para que estos lacayos se limiten en sus fronteras para impedir que la supuesta democracia siga vigente. Es sospechoso que Cuba haya estado en ese Estado más de 50 años, con la dictadura vigente, aún muerto el dictador, le tienen miedo a la  imagen.  Lo mismo pasa en Venezuela, que pasaron de un régimen Castro Chavista a uno Castrado Madurista. En ese empréstito lo quiere seguir Nicaragua, que también lleva tiempo siendo una republiqueta de un dictadorcillo, que a pesar de que las democracias que le rodean, sigue matando a su gente cuando la rebelión acecha. Y, en el centro del medio continente, Bolivia arrima sus narices, tímidamente, para seguir los pasos, burramente, como lo hace Maduro y Ortega, soliviantado por potencias como China y Rusia, que a pesar de que la guerra fría se haya enfriado en los ochentas, se ha recalentado con la pragmática forma de encarar su geopolítica comercial China, apoyando a desestabilizar puntos neurálgicos en el planeta y absorbiendo todo del dólar gringo  vendiendo productos chinos, tan baratos que el mote de que son “chinos”, significa de mala calidad.

Pero sin embargo, a pesar del contexto contrario que tienen estas protuberancias Marxistas Leninistas, comunistas capitalistas, avanzan como sarna nueva en cuerpo de perro abandonado. Y los que siempre han sometido a estos empréstitos seudo socialistas, hoy vestidos de Bolsonaro, Macri, Duarte y Piñerista, también Trump impone hegemonía, aunque los populismos lo contraríen a menudo. Habrá que ver en estos nuevos tiempos, donde la inteligencia artificial y las redes sociales juegan un papel muy importante y desestabilizador, donde el WhatsApp se ha convertido en una caja de resonancia importante y el Facebook un flautista de Hameling que hay que callar.

¿Podrá la religión papal esta vez impedir que el común ismo de las cosas pase a ser un capítulo más en la historia de la humanidad?; ¿Lograremos los orates modernos acallar las voces disidentes de la concordia y el desarrollismo?; ¿Seremos capaces de reconciliarnos en un mercado mundial unidos por Amazon y Alíbaba? Eso lo veremos en los próximos 10 años, que se consoliden las democracias y las dictaduras, se fraccionen los mercados petroleros y los de la nueva ola Muskiana. Se construyan los nuevos muros artificiales y se depongan las armas tradicionales. Cuando un hacker sea presidente de las naciones unidas y el liberalismo sea liderado por los grupos de LGBT, las hordas coyunturales reducidas a grupos de Facebook marcados como spam y los centenial compren con la mirada, incrustado el chip en el ojo para evitar transacciones sin bancos.