Mientras que Maduro se corona presidente, el resto
del mundo mira impávido como en las Américas se corrompe la democracia y se
pone en riesgo el denominado patio trasero de Estados Unidos y Europa. Algo
trágico está pasando para que estos lacayos se limiten en sus fronteras para
impedir que la supuesta democracia siga vigente. Es sospechoso que Cuba haya
estado en ese Estado más de 50 años, con la dictadura vigente, aún muerto el
dictador, le tienen miedo a la
imagen. Lo mismo pasa en
Venezuela, que pasaron de un régimen Castro Chavista a uno Castrado Madurista.
En ese empréstito lo quiere seguir Nicaragua, que también lleva tiempo siendo
una republiqueta de un dictadorcillo, que a pesar de que las democracias que le
rodean, sigue matando a su gente cuando la rebelión acecha. Y, en el centro del
medio continente, Bolivia arrima sus narices, tímidamente, para seguir los
pasos, burramente, como lo hace Maduro y Ortega, soliviantado por potencias
como China y Rusia, que a pesar de que la guerra fría se haya enfriado en los
ochentas, se ha recalentado con la pragmática forma de encarar su geopolítica
comercial China, apoyando a desestabilizar puntos neurálgicos en el planeta y absorbiendo
todo del dólar gringo vendiendo
productos chinos, tan baratos que el mote de que son “chinos”, significa de
mala calidad.
Pero sin embargo, a pesar del contexto contrario
que tienen estas protuberancias Marxistas Leninistas, comunistas capitalistas,
avanzan como sarna nueva en cuerpo de perro abandonado. Y los que siempre han
sometido a estos empréstitos seudo socialistas, hoy vestidos de Bolsonaro,
Macri, Duarte y Piñerista, también Trump impone hegemonía, aunque los
populismos lo contraríen a menudo. Habrá que ver en estos nuevos tiempos, donde
la inteligencia artificial y las redes sociales juegan un papel muy importante
y desestabilizador, donde el WhatsApp se ha convertido en una caja de
resonancia importante y el Facebook un flautista de Hameling que hay que
callar.
¿Podrá la religión papal esta vez impedir que el
común ismo de las cosas pase a ser un capítulo más en la historia de la humanidad?;
¿Lograremos los orates modernos acallar las voces disidentes de la concordia y
el desarrollismo?; ¿Seremos capaces de reconciliarnos en un mercado mundial
unidos por Amazon y Alíbaba? Eso lo veremos en los próximos 10 años, que se
consoliden las democracias y las dictaduras, se fraccionen los mercados
petroleros y los de la nueva ola Muskiana. Se construyan los nuevos muros
artificiales y se depongan las armas tradicionales. Cuando un hacker sea
presidente de las naciones unidas y el liberalismo sea liderado por los grupos
de LGBT, las hordas coyunturales reducidas a grupos de Facebook marcados como
spam y los centenial compren con la mirada, incrustado el chip en el ojo para
evitar transacciones sin bancos.