Papá nació el 38, en plena revolución industrial, donde la vida era tan rural y controversial que las cosas pasaban lentamente. La voz de Pedro infante lo deslumbraba y se dejaba el bigote como él. Coleccionaba revistas y discos de vinil, se emborrachaba con los amigos luego de la semana laboral de 44 horas y unas cuantas más extras. Hasta que un día, loco de amor, se robó a mamá y se casó con ella.
En esos tiempos del 50´, las cosas mejoraban de a poco, luego nació Guingui, Vicky y Rony. Las princesas que el tanto anhelaba llegaron después Mosi, Sandra y Sonia y, como buscaban la perfección me encontraron el 74´.
Ahora lo miramos con sus ojeras y sus juanetes andar por la casa descamisado y de chinelas, despreocupado y extrañando a los nietos, a los hijos que están lejos y, que su equipo gane de vez en cuando (blooming). No extraña su torno, al menos nunca más volvió a hablar de el; mira todos los partidos habidos y por haber de la champion y del fútbol español; lee los periódicos hasta la letra chica y no deja su radiecito mp3 con el auricular colgándole del oído por más que vaya a bañarse.
Cuando lo miro veo a un hombre hecho y derecho, que ama a su esposa y a sus hijos, a sus nietos y sobrinos. Nunca lo escuché quejarse, ni cuando lo operaron varias veces.
el 16 de Mayo cumplió 76 y, al lado de mamá 52 años de casados. Mirarlo, abrazarlo y darle un beso en la mejilla, es disfrutarlo al máximo, aunque ya lo siento cansado, el no se siente vencido por nada. Después de 7 hijos y quichicientos nietos, sonríe tranquilo, mirando el futuro, sin pensar en él.
Feliz cumple papá…