sábado, 18 de abril de 2015

Niños en las calles de Santa Cruz de la Sierra

Hay que denunciar que hay niños en las rotondas pidiendo quintos, imitando a los malabaristas, limpiando parabrisas de los autos. Hay que denunciar que la gente los mira, les alcanza un boliviano, les dan por lástima, por dolor ajeno, por sentimiento de culpa, por lo que sea que fuere. Pero no está bien.

Hay que denunciar que hay niños que andan solos por la calle, subiendo a micros cuando los choferes les da la gana de recogerlos, sin padre y sin madre, de cuatro a seis años, con la carita triste, acordándose de jugar cuando se olvidan que están en la calle, viven sin miedo, sin comida, sin cuidado.

Hay que denunciar que hay niños que impulsados por adultos, andan con un tarrito de clefa en su nariz, oliendo la muerte, escapando del hambre, de la realidad. Que hay niños que no tienen tiempo para vivir, ya están en plena juventud, adolescencia, inhalando droga, son niños no hombres adultos que se perdieron por los vicios, ni siquiera empezaron el kinder, ni el colegio, pero ya están ahí, mirándole a los ojos a la sociedad que pasa en los autos, indiferente.

Hay que denunciar que en la cárcel también viven niños, están con sus padres que cumplen con una pena o varias por robo, asalto, asesinato; que hay niños, niñas que son víctimas de violaciones, de sus padres, los amigos de sus padres, de todos.

Hay que denunciar que en los presupuestos los niños son los últimos en ser tomados en cuenta, que son los invisibles, los que no existen en el sistema hasta que delinquen porque en la calle no se aprende otra cosa más que robar y matar.

Hay que denunciar que estamos dormidos, con instituciones edificadas de espaldas a los más indefensos, más pobres, más necesitados.

Tenemos que denunciarnos a nosotros mismos, a los que no hacemos nada más que pensar que por suerte no somos esa figurita en el asfalto esperando que cambie el semáforo a verde.   Hay que denunciar  la indiferencia de la gente, a la ausencia de los padres, a la dejadez de los gobernantes de turno.


El representante del Defensor del Pueblo en Santa Cruz, Hernán Cabrera, confirmó la presencia de menores de edad -300 - en la cárcel, situación que es irregular toda vez que las leyes prohíben que los hijos de internos convivan en este lugar.




Cabrera resaltó que “se deben hacer esfuerzos para el cumplimiento de lo que establece la Ley de Ejecución Penal y Supervisión y la Ley 548, del Código del Niño, Niña y Adolescente, que señala que: Queda terminantemente prohibido la permanencia de niños, niñas y adolescentes en el Centro de Rehabilitación Santa Cruz.

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