sábado, 28 de marzo de 2015

LAPSUS: cuatrocientos programas



Lapsus es el programa de televisión que siempre me hace reír. Hay algo que es mágico, fantástico, increíble. Siempre me sorprende. Tiene vida propia.

Antes de salir bachiller -(1992)- hablábamos con un compañero de curso  qué íbamos a hacer después del colegio, qué íbamos a estudiar, dónde íbamos a trabajar y, bien recuerdo decirle que yo iba a trabajar en la televisión. Lo sabía porque parte de mi infancia y mi adolescencia, ayudé a mi hermano mayor (Rony) en algunas producciones de publicidad y televisión ya que él trabajaba en Publideas, una productora publicitaria y, luego con Miguel Chávez (publicista). El estar ahí, acompañándolo, mirando detrás de bastidores, sentado a un lado durante horas, viendo como se armaba todo: luces, sonido, cámaras, micrófonos, guiones, etc, me grabó con fuego las ganas de hacer lo mismo.  


Bien recuerdo estar en las grabaciones de un programa exitoso llamado Galareporte (milnovecientosochentaytantos), dirigido o presentado por Jorge Gil, con su voz estruendosa y poderosa. Después en las grabaciones de un spot con una Carla Morón jovencísima (losnoventas), 16 años, en lo que hoy es barrio norte. Ayudando a preparar al gran Sandy, el mejor humorista boliviano, para una publicidad y, en un montón más de producciones cargando una grabadora  U-Matic detrás de mi hermano. No podía concebir, que cuando sea grande, no hiciera eso, producir.  Es muy divertido, es muy estresante, es muy desgastante.

Hoy vamos por el programa 401 de Lapsus, para el cuarto año emitiendo a nivel nacional el show  en una de las mejores redes de televisión de Bolivia. Con un equipo de chicos que trabajan bien, aportando con sencillez y humildad su buena predisposición para hacer las cosas. Sabemos que no somos el programa con un gran despliegue en producción, pero ahí, tal vez, esté  el secreto y la recompensa, de entender que se puede cumplir con lo propuesto: entretener y formar. Lapsus no pretende enseñar nada a nadie, porque al final de cuentas es el televidente el que escoge con qué quedarse de lo que ve en los medios de comunicación, pero si se esfuerza por hacer lo que creemos que está bien. Es entretenimiento, es diversión, es pensar diferente, es mirar desde otro ángulo la “tele”. “A low cost production” dirían los gringos, pero con harto “jane” diríamos nosotros.


Analía Roca se vino desde Buenos Aires, Argentina a nada más que juntarse conmigo en un cuarto de edición, en una productora,  para hacer Dame Cámara y ahora Lapsus; o al menos eso es lo que me gusta pensar -(obvio que no, vino porque tenía que venir: a encontrarse con su principe azul- pálido, medio calvo)-. Llámenlo destino, suerte, Dios, pero ahí estábamos mirándonos las caras, sorprendidos de encontrarnos, y en un abrir y cerrar de ojos: casados, con dos hijos, con más de 8 años produciendo en televisión y radio.


Como dije, el programa tiene vida propia y, nos habla, nos lleva de la mano, nos dice que poner. Ya camina solo. ¿Cómo no? Si viene respirando más de 400 horas “al aire”.
























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